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Mi historia con Navision
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Primeros pasos
Hasta la llegada del primer ordenador personal a mediados de los ’80 de la mano de IBM, la contabilidad se hacía al estilo del Antiguo Egipto: a mano, y guardando un registro de cada operación en un pedazo de papel. La conciliación bancaria era un proceso que llevaba días. El primer PC trajo los primeros programas de contabilidad. En Europa, destacó PC-Plus (primera imagen), desarrollado por los daneses Personal Computing & Consulting (PC&C). El programa estaba basado en caracteres y era tan básico que no permitía el acceso de más de un usuario a la vez.
Desembarco en Barcelona
PC-Plus llegó a mis manos en la década de los ’90, cuando ya se había rebautizado como Navision. Tenía esta pinta:
Entonces, ya iba por la tercera versión y era capaz de ejecutarse como una aplicación cliente/servidor en una LAN (permitía el acceso a más de un usuario). Pero lo más importante, lo que revolucionó el concepto de software de contabilidad: estaba preparado para programar en sus entrañas.
Yo sabía todo sobre cómo programar en Python y Visual Basic (o eso creía) y nada acerca de cómo funcionaba una empresa por dentro. Acababa de salir de la academia y empezaba las prácticas en un partner de Granollers. Además de trabajar con Windows 3.0, también escuchaba punk rock con The Offspring y Sopa de cabra, y aprendía a conducir en un Seat 127. Tenía 20 años.
Mi experiencia en el canal de partners creció al ritmo que lo hacía Navision. En la primavera del ’95, el programa acabó por adoptar todas las directrices de Windows. Corría la versión Navision Financials 1.00 y el éxito fue rotundo.
Dos años más tarde, con el lanzamiento de Financials 2.0, se sumaban los módulos Gestión de contactos (CRM), Fabricación y Distribución avanzada.
Microsoft sale de compras
El cambio de siglo vio un cambio de propietario. Estaba cantado. En 2002, Microsoft sacó un billón y medio de dólares de su bolsillo y adquirió el programa que dominaba el mercado de la gestión empresarial en Europa. Hoy día, muchos desarrolladores nostálgicos (y algunos usuarios confundidos) aún lo llamamos Navision, a pesar de que Microsoft lo rebautizó como Dynamics NAV en 2005.
La siguiente versión marcó un hito en la evolución del programa y en la forma en que Microsoft diseña sus aplicaciones de negocio. Dynamics NAV 2009, lanzada finales de 2008, trajo una nueva interfaz de usuario, nuevos objetos y el cliente adaptado a roles, lo que significa que cada usuario tiene asignado un rol, con sus permisos de acceso correspondientes.
Los siguientes cambios presentaron mejoras en todos los niveles. Destaca la versión Dynamics NAV 2013 R2, lanzada en Halloween de 2013. Incorporaba un módulo de conciliación bancaria que permitía convertir este ejercicio en una tarea semiautomática. Se completaba en segundos.
Eran años en los que proliferaran las soluciones de terceros, add-ons que impulsaban el ERP y aportaban valor a cualquier industria.
Para entonces, yo ya había tocado todos los palos del ERP en diferentes perfiles y modelos de consultoría. Llegó el momento de empezar mi propio proyecto.
En 2014, establecí mi propia consultoría junto a Paco Rios. En cuatro años, hemos pasado de dos a 17 personas, adquirido otra empresa y ayudado a más de un centenar de clientes.
El entorno de trabajo, reinventado
Este negocio es fascinante, sobre todo porque el cambio y el aprendizaje son la única constante; en este escenario, aprender del fabricante que lidera la transformación digital es todo un privilegio.
En 2018, Microsoft reinventó una vez más el concepto de aplicaciones de negocio. Solo el gigante tecnológico podía lanzar una plataforma de programas perfectamente conectados entre sí, con una interfaz limpia, familiar e intuitiva. Esta plataforma se llama Dynamics 365 y uno de sus eslabones es el ERP Dynamics NAV, con nueva programación y nuevo nombre: Business Central.
El programa puede estar alojado en los servidores del cliente o en la nube del fabricante, Azure. Esta última posibilidad permite que las empresas se despreocupen del espacio necesario y del coste de un servidor dedicado. Lo mejor son las actualizaciones, que pueden ser más frecuentes y ejecutarse mientras el programa funciona sin interrupción.
Durante mi carrera profesional, he visto cómo Navision ha pasado, de ser un programa informático, a una forma de hacer negocios. En 20 años escribiré otro artículo retrospectivo, seguro que con el mismo entusiasmo. Si Microsoft sigue presentando soluciones innovadoras, yo seguiré demostrando a las empresas que hay una forma más eficiente de hacer las cosas.